Unos de los problemas típicos que arruina más de una cosecha por estas fechas son las lluvias inesperadas, que por lo general aquí en el sur se dan en forma de «tromba de agua».
Seguro que a más de un cultivador alguna vez se a encontrado los cogollos por el suelo, las ramas partidas y parte de la cosecha arruinada por culpa de una lluvia inesperada. Este fin de semana estuvimos visitando uno de los tantos pueblos cannábicos que abundan en Andalucía (si es que lo llevamos en nuestra cultura).
Allí nos explicaron el truco para que la lluvia no arruine tu cosecha si se esperan estas y no tenemos la posibilidad de poner una cubierta.
El truco no es mas que ir atando los cogollos a una guía que se tira por encima de estos. De esta forma, vamos atando las puntas de los cogollos a la cuerda que hay por encima de ellos, para que se queden bien tiesos y el peso no doble las ramas. Cuando llueve los cogollos se empapan y pesan mucho más, con lo que pueden llegar a partirse las ramas. Aunque no llueva siempre nos vendrá bien por que las ramas estarán siempre a la misma altura recibiendo buen sol hasta ultima hora, antes de que recojamos.
Otro truquillo que siempre viene bien para conseguir cogollos más grandes es, observar como le da el sol a nuestra planta y podar todas las ramas bajas que no reciban demasiada luz como para desarrollar un buen cogollo. Sobre todo si tenemos unas plantas muy altas y la luz del sol nos entra por arriba. De esta forma la planta no malgasta energía formando pequeños cogollitos que no sirven para nada y hacemos que los que quedan sean más grandes y robustos.
La foto es una muestra de Sweet Tooth #3 del año pasado (2005) cultivados en ese pueblo. Toda una joya de exterior.
