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Los balastros magnéticos tienen un núcleo sólido de cobre normalmente que es el que transforma la energía para la bombilla. Estos no son tan eficientes como los electrónicos y desprenden mucho calor. Dentro de los balastros magnéticos podemos encontrar 2 tipos de diseño;
Los balastros encapsulados y el balastro simple. Los balastros cerrados siempre son más seguros ya que no corremos el riesgo de tocar las partes metálicas del aparato ni las conexiones. Los balastros magnéticos son unos balastros muy fiables, duran mucho tiempo y son muy baratos. Sin embargo, estos balastros son muy pesados llegando a pesar unos 7~8 kg debido a su núcleo sólido de cobre. Los balastros electrónicos apenas se calientan, ya que no desperdician electricidad en forma de calor. También dan más luz que los balastros magnéticos ya que son mucho más eficientes que cualquier otro balastro. Tampoco tendrás perdidas de intensidad en la bombilla debido a la tensión diferencial de tu casa. Además estos balastros suelen ser regulables en potencia y con la misma bombilla, para poder cambiarles la potencia según tus necesidades, como por ejemplo usar una potencia más baja para la etapa de crecimiento, ahorrándonos así unos euros en la factura de la luz.
Las bombillas son las que emiten la luz que necesita nuestro cultivo. Como es lógico, la potencia de las bombillas debe de ser igual a la potencia del balastro ya que cada una arranca a una intensidad diferente. Las bombillas están pensadas para ser arrancadas y alimentadas por un balastro, por eso podrás encontrar bombillas de 150w, 250w, 400w, 600w y 1000w al igual que con los balastros. Más conocidas por el acrónimo de HPS (High Pressure Sodium) estas bombillas son las más comúnmente usadas en el cultivo de marihuana por precio y eficiencia. El HPS es tan popular entre los cultivadores debido a lo baratos que son y la cantidad de luz que son capaces de generar por el poco dinero que cuestan. Estas bombillas pierden bastante luminosidad tras 3.000 horas de uso (unos 2-3 cultivos), por lo que para no perder producción, lo mejor es cambiarlas cada 3 cosechas máximo.
Los reflectores son otra pieza clave del equipo de iluminación. Los reflectores no solo se utilizan para sujetar la bombilla. Estos son los encargados de reflejar la luz que se escapa y llevarla de vuelta a tu espacio de cultivo. Incluso te pueden ayudar a mantener un clima estable.
Hay reflectores cerrados que retienen el calor de la bombilla para poder ser removido por la extracción, ayudando a reducir y mantener la temperatura ideal en el cultivo. También hay reflectores de diferentes tamaños y formas. Hay modelos de reflectores más grandes que lo que hacen es repatir la misma luz, pero en un espacio mayor. Existen muchos tipos de reflectores fabricados con diferentes materiales y diseños que hacen cambiar sus prestaciones. Normalmente todos los reflectores suelen venir con su casquillo incorporado.
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