Las bolsas de cultivo son perfectas para cuidar el sistema radicular. Su color blanco refleja los rayos del Sol, y evita que calienten la superficie. Así no aumenta la temperatura del sustrato. Cuando acabe el cultivo no tendrá que limpiarlas, a diferencia de las macetas de plástico, y son muy cómodas y prácticas.
Bolsas de cultivo muy económicas y aprovechables, ya que conseguirá el máximo rendimiento en cada una. Al proteger el sistema radicular, las plantas podrán crecer sin problemas. Además, son muy cómodas para realizar trasplantes, y así evitar el estrés derivado del proceso. Además, cortando la bolsa por la parte de abajo y vertiéndola sobre la nueva tierra, te ahorrarás el engorroso trabajo del trasplante.
Las bolsas de cultivo se limpian fácilmente y se pueden reutilizar tantas veces como se quiera, ya que, tras realizar el trasplante de tu cultivo, puedes limpiarla con total facilidad y utilizarla de nuevo para un nuevo cultivo.
Fácilmente apilables, de fácil transporte y se puede incorporar directamente al suelo evitando sufrimiento a la planta.